Crónica no oficial de la reforma fiscal 2015 (I): marco general


Organizada por SEAIDA en colaboración con Fundación MAPFRE, ha tenido lugar una jornada sobre la reforma fiscal 2015. La nueva legislación ha entrado en vigor el 1 de enero y aunque ya existe una documentación técnica amplia en distintos medios (ver el resumen sencillo y generalista realizado, por ejemplo, en  Expansión), me centraré en aquellos aspectos más prácticos y algunos comentarios que allí se han vertido.
Marco general de la reforma fiscal

La ponencia ha sido desarrollada por Juan Calvo Vergez, profesor titular del Derecho financiero y tributario de la Universidad de Extremadura (excelente ponente por su pedagogía y capacidad de traslación de conceptos complejos).
-         El antecedente inmediato es (o debería haber sido) el informe de la Comisión de expertos realizado en la primera parte del año pasado, donde se contemplaba la totalidad del sistema tributario con el fin de darle coherencia al sistema impositivo español (nivel estatal, autonómico y local).
-          Finalmente, ha sido una reforma parcial que versa sobre los impuestos de Sociedades, IVA y IRPF, como principales a nivel estatal, dejando al margen los ámbitos autonómicos y locales como Sucesiones y Patrimonio (cedidos en su gestión y que afectan a la financiación de las Comunidades).

-          Ha quedado también pendiente, y ya se ha anunciado que no se abordará en esta legislatura, la reforma de la ley General Tributaria con su vital importancia por ser donde se prevén los derechos y garantías del contribuyente.

-          Se ha retocado el IRPF en su estructura pero no en lo esencial. Así hay medidas positivas, como la simplificación de la tarifa de 7 a 5 tramos; la creación de impuestos negativos como son las deducciones de la cuota en familias numerosas y discapacitados ascendientes/ descendientes); posibilidad de integración y compensación entre ganancias/pérdidas patrimoniales y rendimientos del capital mobiliario; la creación de nuevos productos con ventajas fiscales (los denominados “a largo plazo” considerando como tal 5 años); mayor liquidez en determinados productos existentes como PP, PPA y PIAS.  Entre las medidas negativas, la reducción con el límite de 8.000 euros en PP y PPA como aportación prima (no compensado con las ampliación a 2.500 euros para el cónyuge que es una herramienta que casi no utilizada); la tributación en muchos supuestos de la indemnización por despido; eliminación para autónomos del 5% de gastos de difícil justificación, limitándose a 2.000 euros; supresión del coeficiente de actualización monetaria por transmisión de inmuebles.

-          En su valoración técnica sobre estas reformas, las rentas del ahorro siguen siendo mejor tratadas que las del trabajo, cuando estas últimas son el fundamento de este impuesto.

-          En Impuesto de Sociedades, si hay importantes novedades buscando incrementar la recaudación. Se han aproximado los criterios contables y fiscales. Si bien los tipos son más reducidos, lo cual podría implicar bajada del impuesto, se han producido la supresión de más deducciones. Quizás uno de los puntos más positivos es una mayor flexibilidad en operaciones vinculadas (menos burocracia como ya existe en UE) buscando la colaboración entre entidades.

-          En referencia al IVA, los cambios son más importantes de los que se han divulgado. Si bien es cierto que determinados tipos han subido por imperativo de sentencias del Tribunal Europeo, no se ha seguido el informe presentado por los expertos. Las distintas reformas van orientadas a obtener más recaudación y evitar fraude fiscal.

Como conclusión general, apuntada por el experto, todas las decisiones tomadas siguen muy vinculadas a decisiones políticas del gobierno de turno (además frecuentemente enmendadas desde Europa como es el ejemplo del “céntimo sanitario”). No podemos ir contra el principio de seguridad jurídica. Los temas fiscales deben tener continuidad para ver resultados.
La reforma no acaba de gustar a nadie, ni a particulares ni a empresas (sobre todo a PYMES), pues lo se presenta como bajada de impuestos, se convierte con“la letra pequeña” en que la presión fiscal será incrementada.