Cuando un mutualista se va ........

Lo primero, sin duda, es que está en todo su derecho a abandonar . Si esto ocurre, la Mutualidad puede mantener distintas estrategias.

La primera postura es no hacer nada. Se da con una cierta frecuencia. Es la cómoda y supone una dejadez intolerable. Incluyo en esta postura, la típica carta de acuse de recibo de la baja y la cita de apoyo en preceptos normativos.

Para evitar esta primera postura, se deben de implantar determinadas reglas, dentro de la propia Mutualidad. Estas reglas podrían ser las siguientes:

a) Establecer unos procedimientos para cuando esto ocurra, que cada empleado debe de hacer en cada uno de esos casos.

b) Formar a las personas que atienden estas situaciones: que tengan capacidad de hacer frente ellos mismos la gestión y traten de salvar la permanencia del mutualista, no aceptando de primeras la anulación de la misma, sin un tratamiento adecuado en términos de eficacia.

c) Tener un modelo de respuesta, ya sea a la anulación por carta o por teléfono: esto facilitará las respuestas a los empleados.

d) Crear una mentalización para luchar contra la “fuga” de mutualistas: hay que hacer ver a todos los empleados, que es responsabilidad de todos luchar para evitar el máximo de bajas, ya que las mismas son perjudiciales para la Mutualidad y, por tanto, para el resto de mutualistas.


Una segunda estrategia, tratar de evitarlo con acciones fuera de lo normal, debe realizarse por "alguien" de la Mutualidad especializado específicamente para ello. Algunas ideas para poder llevar a cabo este objetivo, podrían ser:

a) Llamar al mutualista preguntando la razón: el saber el motivo, puede llevar a permitirnos a tomar acciones o decisiones que impidan, definitivamente, su salida de Mutualidad.

b) Carta personalizada lamentando la decisión: menos agresiva que la anterior, consistiría en una carta donde se explicara las ventajas que dejan de estar a su alcance, las necesidades que cubre su pertenencia , etc.

La tercera postura, obtener información para que esto no suceda en el futuro, debe de realizarse siempre, con el objetivo de recabar la máxima información y poner los medios necesarios de cara al futuro. La forma más lógica es enviando un cuestionario a ese mutualista, solicitándole sus opiniones del porque de su decisión.

Si todas estas gestiones, y otras adicionales posibles, las ponemos en acción, es seguro que las bajas de mutualistas sufrirán una bajada espectacular. Adicionalmente, la Mutualidad creará una imagen de solidez, servicio y de buen hacer.

Parafraseando la famosa canción: “Algo se muere en la Mutualidad, cuando un mutualista se va”